Exposición Individual junto a Lucía Peiró “FEM”

By: nievescorrea | 8 Jun 2025

Lucía Peiró & Nieves Correa “FEM”

Sala Sala Canavese

Sporting Club Rusaffa (Valenci)

9 de mayo al 31 de mayo de 2025



FEM, basura orgánica, biológica, vida… pero la palabra también significa hacer, hacer en FEMenino. Transformar los desechos, lo que ya nadie quiere, devolverlos al ciclo de la vida.

Lucía Peiró (Benigánim, Valencia 1967) y Nieves Correa (Madrid, 1960) han destacado fundamentalmente en el Arte de Acción y la Performance, géneros en los que han trabajado desde finales de los años ochenta, ya sea en su práctica directa o a través de su obra plástica que se nutre fundamentalmente de las investigaciones y experiencias de sus obras en vivo.

En esta ocasión Lucía y Nieves presentan una exposición a dúo en la que muestran obras creadas a partir de objetos encontrados, reutilizados, desechados…. Una selección de piezas, la mayoría de pequeño tamaño, que reflexionan acerca del valor de uso y el valor de cambio de los cientos de cosas que nos rodean, y a las que prácticamente no damos ninguna importancia, en la sociedad contemporánea.

Los collages que nos proponen ambas nos devuelven una mirada encandilada ante las posibilidades estéticas de todos estos elementos de nuestra cultura de “usar y tirar”.

Lucía y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos coincidido en multitud de encuentros y programas de arte de acción. Somos colegas y respetamos profundamente el trabajo de cada una, pero sobre todo, y fundamentalmente, somos amigas. Y esta exposición surge como un plan entre amigas, y como muchos de esos planes hoy en día, a partir de unas fotos publicadas en Instagram.

Hará poco más de un año Lucía me llamó para hablarme de esas fotografías, de la similitud de sentido y materiales entre esas piezas y lo que ella estaba haciendo en aquel momento; aunque entre ellas, formalmente, no puedan ser más dispares.

Las dos estábamos trabajando con materiales de desecho, materiales que en el caso de Lucía son fundamentalmente elementos encontrados al azar en la vía pública, lo que muchos llamarían basura, y restos desechados de otros trabajos y proyectos que guarda en el taller.

Y aquí está nuestra conexión; en mi caso también utilizo restos desechados de otros trabajos y proyectos que guardo en el taller mezclados con elementos que llegan a mis manos por azar, no tanto en la vía pública, sino en los procesos de la vida cotidiana: embalajes, objetos estropeados, infinitos papeles, cajas y envoltorios, que igualmente muchos llamarian basura.

Y podríamos hablar, largo y tendido, porque es un tema expuesto a citas y desarrollos teóricos, de economía circular, impacto ecológico, transformación, reciclaje, cultura de “usar y tirar”, degradación ambiental, huella de carbono, el planeta como vertedero global, microplásticos, reutilización, consumismo neoliberal, relaciones productivas “low cost”, desigualdad, exclusión social, obsolescencia programada, desarrollo sostenible, consumo responsable ….

Y todo esto está de alguna manera presente en esta exposición porque Lucía y yo crecimos en una sociedad en la que el plástico era una extrañeza y en cierta manera un lujo, en la que el papel de aluminio servía para envolver más de un bocadillo… Y hoy me siento fascinada por la estética y la tecnología de las plumas inyectables precargadas que una enfermedad crónica me fuerza a utilizar mes a mes, y que se acumulan en mi estudio porque me siento incapaz de deshacerme de aquellas maravillas.

Pero lo que esta exposición propone es sobre todo una exploración de los materiales, el placer de lo manual, las infinitas posibilidades visuales y de juego del collage, dar rienda suelta a las asociaciones del inconsciente y del consciente, abrir la puerta a las imágenes que atesoramos en nuestros recuerdos.

Tanto Lucía como yo trabajamos, como trabaja la gran mayoría de los artistas visuales contemporáneos, en proyectos que requieren un proceso largo y laborioso. Un proceso en el que es necesario proponer un marco conceptual, un desarrollo teórico, un esquema de trabajo y en los que en la mayoría de los casos la tecnología está muy presente con el esfuerzo que esto significa en cuanto a edición e incluso programación; por no hablar del trabajo que muchas veces hay que hacer en archivos fotográficos o documentales o sumergiéndonos en los recuerdos personales.

Son proyectos fantásticos que abren infinitas puertas y a través de los cuales he tenido que aprender a usar nuevas herramientas, que me han llevado a consultar libros que han cambiado mi visión del mundo y de la vida, proyectos a través de los cuales no he tenido más remedio que superar algunas facetas de mi personalidad incompatibles con aquello que ellos mismos terminan por proponer, como mi reticencia a hablar con extraños de tu a tu.

Proyectos que una vez acabados te dejan exhausta, y con la necesidad de pasar una temporada larga en “dique seco” hasta vaciar la cabeza y dejar lugar para que vuelvan a fluir las ideas y estructurarse el trabajo.

Y es ahí, en ese “dique seco” en el que hemos coincidido Lucía y yo, como dos viejas goletas en espera del próximo calafateado, de donde surge esta exposición. Porque ambas tenemos la misma necesidad de llenar esos momentos de “descanso” entre proyecto y proyecto con otro tipo de hacer, un hacer que brota desde un pensamiento de la forma que estructuramos en base a las relaciones entre diferentes elementos visuales y que yo siento como una bendita desconexión de un tipo de pensamiento en favor de otro que acabará por retroalimentar el primero.

No trabajamos de la misma manera estos procesos, en el caso de Lucía ella parte de materiales diversos sin mucha relación entre si a nivel formal y cuya combinación y disposición espacial previamente dibuja, es una extraordinaria dibujante, para luego producir los objetos de manera artesanal, en el sentido de calidad de ejecución.

En mi caso trabajo directamente con los objetos, las formas y los colores y parto la mayoría de las veces de un determinado tipo de objeto o imagen que exploro y exploto hasta la saciedad como puede ser la fotografía de Jean Arp con monóculo Dada con la cual llevo trabajando diez años de forma intermitente.

Para el montaje de esta exposición hemos optado por dejar dialogar a las piezas entre ellas, y aunque quién conoce nuestro trabajo rastreará de quien es cada cual, hemos intentado crear otro gran collage a partir de todas ellas como un pequeño universo indiferenciado.

Un universo en el que pequeños duendes de lego habitan el bosque que cabe en una maleta, los flecos de un chal “tapero” se confunden con las cuerdas de una “viol-arp” y del mismo modo que una partitura en papel continúa en una partitura en cartón, los insectos-joya acuden a libar de una tierna morcilla de cebolla que sujeta una mano enguantada.

Inauguró la exposición, como no podía ser menos, el Singularísimo y Excelentísimo Rector Estulto de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras a la cual Lucía y yo tenemos el honor de pertenecer.

Nieves Correa

Publicado en la revista M-Arte y Cultura Visual

https://www.m-arteyculturavisual.com/2025/05/20/fem-lucia-peiro-y-nieves-correa/

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