Un fragmento de vida

By: nievescorrea | 15 Dic 2014

Cada vez produzco menos “artefactos” y es por eso que cada vez mis performances requieren de menos elementos: me gustan las cosas sencillas, transportables, lo que cabe en una maleta. Tecnología, la mínima.

Lo que realmente me importa es el viaje, el espacio, el momento y la relación que se establece entre yo misma y el resto de los que participan: comisarios, técnicos, artistas, publico…

Normalmente llevo conmigo “un esqueleto” que va tomando forma a lo largo del camino, el camino es a veces de miles de kilómetros o de unos pocos cientos de metros pero el camino siempre es importante.

Un mismo esqueleto puede convertirse en cosas muy distintas, por eso no me importa viajar varias veces con el mismo esqueleto. No hay repetición posible, no hay por tanto “representación”.

El tiempo es importante y su indefinición también: un proceso largo, en el que sea fácil perder la atención y volverla a retomar, en el que puedan suceder otras cosas, al que no haya que “atender” de principio a fin, puesto que no hay “moraleja”, me interesa. “Poca o ninguna “puesta en escena”. El lugar tal cual es, sin artificios, lo cual no significa que no haya una elección entre las muchísimas posibilidades que ofrece un espacio cualquiera: un rincón, una puerta, un armario, el suelo, el techo, una ventana, lo que se va a través de ella, el espacio debajo de una mesa.


Galería


Ficha técnica

La Bonne. Barcelona, diciembre 2014.

Fotografías: Joan Casellas – Arxiu Aire

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